Múltiples instituciones ciudadanas, ambientalistas, eclesiales, y dirigentes de comunidades de todo el país se reunieron el 3 y 4 de septiembre, en Santiago a analizar los conflictos que genera la concentración de la propiedad del agua dulce en Chile. El seminario, que se realizó en la casa central de la Universidad de Chile, convocó a unos 500 participantes y marcó un hito en la coordinación de fuerzas en la lucha por el derecho al agua.
El Seminario contó con la presencia de Maude Barlow, presidenta del Council of Canadians, premio Nobel Alternativo 2005 y connotada activista por la recuperación de la gestión pública del agua a nivel mundial. Barlow mostró como la privatización casi total de las aguas en Chile refleja una tendencia mundial, en que los países del “tercer mundo” están obligados a entregar sus servicios de agua a transnacionales que lucran con ella y niegan su acceso a quien no pueda pagarla. Ella contó además como fondos de inversión de países ricos ya están comprando tierras y aguas, como en la Patagonia de Chile, para acaparar reservas del vital elemento, anticipando su escasez futura.
Sara Larraín, directora ejecutiva de Chile Sustentable, mostró como el marco regulatorio de las aguas en Chile, especialmente el Código de Aguas de 1981, ampara la mercantilización y monopolización de las aguas, que dejó como resultado que 90% de los derechos del aguas no consuntivos en Chile se encuentran en manos de 3 empresas privadas. La Constitución de Chile no reconoce al agua como un “buen público”, lo que es una situación inédita en el mundo.
Durante el seminario se conocieron testimonios de los múltiples conflictos que causa esta situación en todo Chile. Muchas comunidades rurales e indígenas, sobretodo en el Norte y Centro del país, viven situaciones dramáticas por estar impedidas de acceder al agua para el consumo y para el desarrollo de sus actividades tradicionales por causa de la sobreexplotación y contaminación realizada por actividades mineras e industriales. Por otra parte, en la zona Sur se multiplican las inversiones hidroeléctricas, termoeléctricas y celulosas que destruyen y contaminan cuencas completas, afectando a áreas de alto valor ecológico, y a muchas comunidades, entre ellas las Mapuches. En el seminario se valorizó la valentía y perseverancia de las comunidades en lucha, construyendo colectivamente un mapa de los conflictos del agua en Chile. “Ahora puedo decir en mi comunidad que no somos los únicos y que no estamos solos en esto”, dijo un dirigente.
Destacó la presencia de varias organizaciones eclesiales, que se han vinculado en la Coalición Ecuménica por el Cuidado de la Creación, para fortalecer la concientización y la práctica de una nueva cultura del agua. El obispo Luis Infanti de Aysén repitió que según la Biblia “la Tierra es de Dios”, y que el agua debe ser un bien común para todos. “La privatización y, peor aún, mercantilización de estos bienes es inhumano, antiético e inmoral,” planteó. “Las decisiones de Estado deben responder fielmente a principios éticos, lo que significa que la participación ciudadana debería intervenir para exigir que los organismos correspondientes del Estado consideren y cuiden el cumplimiento de dichos principios”.
La hna. Nelly Parada presentó la visión de la Coalición Ecuménica, incluyendo la posición de la Conferencia de religiosos y religiosas de Chile y Caritas Chile, en que llamó a recobrar el sentido religioso y místico del agua y que: "Desde una visión cristiana reconocemos el agua como un derecho y denunciamos proféticamente a todas las personas y estructuras políticas y legales que quitan o limitan el acceso al agua para la población o legitiman la contaminación o la alteración del equilibro ecológico. Esta amenaza a la vida por intereses individualistas y económicos representa para nosotros un pecado.” Afirmó que la Coalición se compromete con la concientización de sus comunidades y con las luchas de las comunidades en conflicto, promoviendo una reforma Constitucional y del Código de Aguas.
Las experiencias relatadas de la recuperación de agua por la movilización del pueblo en Uruguay, y de una gestión pública y ciudadana de las aguas en partes de Brasil, generaron esperanzas en el segundo día del seminario, que inició con una ceremonia del agua, en que se juntaron las aguas traídas de muchos ríos de Chile y vaciadas en una sola fuente, fortaleciendo así el compromiso, la solidaridad y la voluntad de unir las fuerzas para salvar al agua para la vida en la tierra, su gente y las generaciones venideras.
Una de las consecuencias del seminario fue la formación de la Coordinadora por la Defensa del Agua y de la Vida, para seguir articulando los esfuerzos de todas las comunidades y organizaciones presentes.
Los organizadores del seminario fueron las siguientes organizaciones: Vicariato Apostólico de Aysén, Cáritas-Chile, Coalición Ecuménica por el Cuidado de la Creación, Centro Ecuménico Diego de Medellín, Confederación de Religiosos y Religiosas de Chile (CONFERRE), Observatorio de Derechos Ciudadanos, Ecosistemas, Consejo de Pueblos Atacameños, Red de Mujeres del Norte Grande, ANAMURI, Instituto de Ecología Política, Codeff, Acción Por Los Cisnes, Coordinadora de Defensa Ríos del Maipo, Fiscalía del Medio Ambiente (FIMA), Federación Nacional de Trabajadores de Obras Sanitarias (FENATRAOS), Federación Nacional de Agua Potable Rural (FENAPRU). El evento es auspiciado por Fundación Heinrich Bôll, Universidad de Chile, Embajada de Holanda, Red Vida y la organización internacional Council of Canadians.-
Mayor información: www.derechoalagua.cl
domingo, 4 de octubre de 2009
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